Cuando egrese del bachillerato no estaba segura que estudiar, la decisión la tome apresuradamente y opté por la carrera de “Diseño y Comunicación Visual”, después de un año me dí cuenta que mi elección no había sido la correcta así que por eso y por otras circunstancias me salí de la UNAM y presenté el examen para la licenciatura en Sociología de la UAM, así me volví parte de esa querida institución.
Así que con muchas ganas, esfuerzos y algunos tropiezos pase cuatro años estudiando lo que yo quería; mis intereses, inquietudes y anhelos han sido cubiertos por la Sociología. He de mencionar que desde siempre mi preocupación social ha sido profunda, nunca me han pasado inadvertidos los problemas sociales, la inequidad y otros aspectos, tal vez porque he tenido la oportunidad de estar frente a frente con esos problemas. A partir de ello me surgió el interés de transmitir y hacerle ver a los demás los conflictos sociales que nos rodean, así como el análisis y solución de los mismos.
Pues bien, cuando salí de la escuela no había cubierto el servicio social, así que de entre varios proyectos, elegí colaborar en el programa “Ludoteca Cívica Infantil” que atendía a niños que viven en situación de riesgo. Fue la primera vez que estuve frente a un grupo, me gustó mucho trabajar con ellos y percibir la influencia que como maestro puedes tener. Recordé mucho mi experiencia escolar.
No pasó mucho tiempo y en mayo de 2005, por convicción, empecé a trabajar como docente en el sistema de educación media superior en una institución privada. Las experiencias fueron totalmente nuevas y no tenían comparación alguna con la ludoteca, ya estando frente a un grupo, me dí cuenta que había sido imprudente, porque si bien es cierto que las temáticas de las asignaturas las conocía, también es cierto que no manejaba estrategias que me permitieran lograr que los alumnos comprendieran lo que yo estaba buscando. En este aspecto me identifique con la lectura de …
Ante mi inexperiencia sufrí descalabros, sin embargo, también tuve muchas satisfacciones, entre ellas, el reconocimiento por parte de los alumnos, óptimos resultados académicos y la corroboración de mis capacidades para resolver dificultades. Fue así, ya en la práctica docente, que reflexione sobre su importancia y entendí que la postura tradicional de la educación (transmisión-adquisición) había sido superada y que por ello debía actualizarme día con día en el aspecto académico y psicopedagógico. Comprendí que la docencia es la profesión que quiero ejercer, porque estoy decidida y porque veo en ella un instrumento de superación social.
Pienso a mi práctica docente como factor fundamental en varios aspectos (social, cultural, político y económico); respeto mi profesión y valoro el papel que desempeña dentro de la sociedad, considero que a través de ella puedo contribuir de manera significativa al progreso de la sociedad, favoreciendo la construcción de generaciones conscientes con una visión humanista, preocupadas por su contexto social y sobre todo por su desarrollo personal.
Más adelante, en agosto de 2005 ingresé como docente al Colegio de Bachilleres, me enfrenté a una población estudiantil muy diferente, sin embargo, la experiencia es esta institución ha sido muy grata, he aprendido mucho en los cursos que se imparten, he recibido apoyo de mis compañeros y sobre todo he mejorado en mi práctica, tomando como referencia la experiencia, la investigación, los cursos y los consejos.
Mi camino ha sido corto y haciendo una reflexión me doy cuenta que he tenido satisfacciones e insatisfacciones (que han sido como un motor de superación); algunas satisfacciones que recuerdo son: que los estudiantes comprendan lo visto a lo largo del semestre, que se interesen en los temas, que existan lazos de confianza, que se vuelvan concientes de su función y del entorno que les rodea, que después de un tiempo de haber egresado regresen para comunicarme su ingreso a la educación superior; entre las insatisfacciones puedo mencionar: me ha pasado que los alumnos no se entusiasman, no les interesa, a veces no logro desarrollar los temas con éxito y no participan, es por eso que constantemente busco nuevas estrategias que me permitan sacar adelante estos aspectos.
Así que con muchas ganas, esfuerzos y algunos tropiezos pase cuatro años estudiando lo que yo quería; mis intereses, inquietudes y anhelos han sido cubiertos por la Sociología. He de mencionar que desde siempre mi preocupación social ha sido profunda, nunca me han pasado inadvertidos los problemas sociales, la inequidad y otros aspectos, tal vez porque he tenido la oportunidad de estar frente a frente con esos problemas. A partir de ello me surgió el interés de transmitir y hacerle ver a los demás los conflictos sociales que nos rodean, así como el análisis y solución de los mismos.
Pues bien, cuando salí de la escuela no había cubierto el servicio social, así que de entre varios proyectos, elegí colaborar en el programa “Ludoteca Cívica Infantil” que atendía a niños que viven en situación de riesgo. Fue la primera vez que estuve frente a un grupo, me gustó mucho trabajar con ellos y percibir la influencia que como maestro puedes tener. Recordé mucho mi experiencia escolar.
No pasó mucho tiempo y en mayo de 2005, por convicción, empecé a trabajar como docente en el sistema de educación media superior en una institución privada. Las experiencias fueron totalmente nuevas y no tenían comparación alguna con la ludoteca, ya estando frente a un grupo, me dí cuenta que había sido imprudente, porque si bien es cierto que las temáticas de las asignaturas las conocía, también es cierto que no manejaba estrategias que me permitieran lograr que los alumnos comprendieran lo que yo estaba buscando. En este aspecto me identifique con la lectura de …
Ante mi inexperiencia sufrí descalabros, sin embargo, también tuve muchas satisfacciones, entre ellas, el reconocimiento por parte de los alumnos, óptimos resultados académicos y la corroboración de mis capacidades para resolver dificultades. Fue así, ya en la práctica docente, que reflexione sobre su importancia y entendí que la postura tradicional de la educación (transmisión-adquisición) había sido superada y que por ello debía actualizarme día con día en el aspecto académico y psicopedagógico. Comprendí que la docencia es la profesión que quiero ejercer, porque estoy decidida y porque veo en ella un instrumento de superación social.
Pienso a mi práctica docente como factor fundamental en varios aspectos (social, cultural, político y económico); respeto mi profesión y valoro el papel que desempeña dentro de la sociedad, considero que a través de ella puedo contribuir de manera significativa al progreso de la sociedad, favoreciendo la construcción de generaciones conscientes con una visión humanista, preocupadas por su contexto social y sobre todo por su desarrollo personal.
Más adelante, en agosto de 2005 ingresé como docente al Colegio de Bachilleres, me enfrenté a una población estudiantil muy diferente, sin embargo, la experiencia es esta institución ha sido muy grata, he aprendido mucho en los cursos que se imparten, he recibido apoyo de mis compañeros y sobre todo he mejorado en mi práctica, tomando como referencia la experiencia, la investigación, los cursos y los consejos.
Mi camino ha sido corto y haciendo una reflexión me doy cuenta que he tenido satisfacciones e insatisfacciones (que han sido como un motor de superación); algunas satisfacciones que recuerdo son: que los estudiantes comprendan lo visto a lo largo del semestre, que se interesen en los temas, que existan lazos de confianza, que se vuelvan concientes de su función y del entorno que les rodea, que después de un tiempo de haber egresado regresen para comunicarme su ingreso a la educación superior; entre las insatisfacciones puedo mencionar: me ha pasado que los alumnos no se entusiasman, no les interesa, a veces no logro desarrollar los temas con éxito y no participan, es por eso que constantemente busco nuevas estrategias que me permitan sacar adelante estos aspectos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario